Salida del Spartathlon
Aquí estoy de nuevo, aunque un poco deprimido, esta última semana ha sido floja, debido a una lesión y un malestar gripal terrible que me acompaña, desde el martes no troto por la molestia en el talón de Aquiles, aunque fui al traumatólogo me chequeo y no es nada grave, pero para colmo de males comencé a sentirme realmente mal y con mucha fiebre.
El viernes se me ocurrió la brillante idea de salir un rato en bici, y creo que eso detonó mi estado gripal, esa noche tuve fiebre alta y así ha sido todo el fin de semana, espero que para el martes me sienta mejor.
Mi entrenamiento a sido poco para lo que tengo en mente, pero la idea es seguir aumentando paulatinamente la cantidad de kilómetros por semana, aunque como siempre se dice es mejor la calidad que la cantidad, espero que esta frase quepa en el tipo de pruebas que he decido correr, en los ultramaratones y las carreras de aventura la parte sicológica es si se quiere la mas importante, correr, caminar, subir y bajar durante mas de 50K es mas que suficiente, pero imagínense hacerlo durante 150K o mas, uy que duro, o estar 3 o 5 días castigando a tu cuerpo con varias disciplinas deportivas en una carrera de aventuras donde el dormir es un lujo que no puedes permitirte, las personas nos preguntan que le vemos a esto, si solo es sufrimiento, no tengo palabras para explicarles, no puedo describirles el sufrimiento, sólo estando en ese sitio y en ese momento, entenderán, que no es mas que un vicio (muy sano), no es mas que una pasión, no es mas que algo que nos impulsa a seguir, en verdad no se que es, solo se que no creo que lo deje de hacer nunca.
Pero basta de lloraderas, historias como las que voy a narrar a continuación son las que dan respuesta a todo el sacrificio y dedicación que hay que ponerle a nuestro entrenamiento.
La leyenda de FILÍPIDES
Dice la leyenda que Filípides fue el soldado elegido por los generales del ejército heleno para trasmitir uno de los mensajes más importantes de la historia de Grecia: la victoria sobre el ejército persa en el año 400 antes de cristo. Se cuenta que la batalla decisiva fue en la ciudad de Maratón, lugar del que partió Filípides hasta llegar a Atenas y comunicar la victoria al pueblo: “hemos vencido”. Fueron las últimas palabras del joven mensajero antes de desvanecerse y fallecer en el suelo. Pero según cuenta Herodoto, uno da los historiadores más ilustres de la Grecia Clásica, la historia de Filípides fue mucho más haya…lo enviaron desde Atenas hasta Esparta para pedir ayuda. El soldado atravesó corriendo 246 Kilómetros en apenas un día y medio.
Casi 2500 años después, a principios de la década de los ochenta, un británico (Jhon Fodden) apasionado de la Cultura Clásica y el ultrafondo tuvo la gran idea mientras leía Herodoto. Se preguntó si en la actualidad un hombre podría correr la distancia de 246 kilómetros que separan Atenas de Esparta en menos de 36 horas. Cerró el libro y no tardó ni un minuto en experimentar la carrera de Filípides. En otoño de 1982 Jhon Fodden y cuatro amigos suyos a Atenas y plantearon la ruta tal y como Herodoto la describe en sus escritos.
Atleta besándole los pies a la estatua de Leónidas en la llegada
El 8 de octubre Jhon y sus amigos empezaron la carrera sin saber exactamente si llegarían o no. Al día siguiente John Fodden llegó a Esparta y se paró frente de la estatua de Leónidas habiendo corrido durante 36 horas. Tras el éxito de su aventura empezó a diseñar un gran evento el que en que en pocos meses se convertiría en el Spartathlon. Así, en 1984 se creó la “Internacional Spartathlon Association”, que desde entonces organiza esta carrera cada mes de septiembre para rememorar la leyenda que Herodoto escribió sobre Filípides, nuestro primer ultrafondista.